Me regalaron “El poder de las palabras: cómo cambiar tu cerebro y tu vida conversando”, de Mariano Sigman, el primer día de este año y, como otra veces, aquí van algunas de las ideas que me parecieron rescatables. Esto es en parte reseña, en parte opinión, en parte aprendizajes, por lo que me exento de un análisis profundo.
El libro es fluido, lleno de notas al pie que en su mayoría son entretenidas, pero luego pecan de innecesarias. Al principio de cada capítulo tiene dibujitos infográficos sobre el tema que se tratará y una hoja de ruta, lo que le da un halo de novedad. De la misma manera, al cierre de cada parte, contiene un resumen y una serie de ejercicios para poner en práctica lo aprendido.
A lo largo de las páginas descubrirás que habla de muchas cosas, está lleno de ejemplos y pruebas científicas, pero al mismo tiempo no profundiza en alguna. Creo que justo eso es parte de la magia que lo hace tan interesante y sencillo: aporta ideas clave, pero a diferencia de libros de autoayuda, no acaba diciéndote qué hacer para “cambiar tu vida”.
Algunas ideas: El poder de las palabras
1. Tenemos una condición anfibia y es una idea maravillosa. Significa que transitamos de la realidad a la fantasía de manera natural y, es por ello, que nos cuesta tanto identificar lo falso de lo cierto (en cuanto a fakenews), pero en general todos los relatos.
Más adelante ahonda es que esta condición (anfibia) tiene que ver con la memoria anfibia: básicamente es que el cerebro llena con ilusiones que sentimos reales los huecos informativos que hacen falta. Cuando hacen falta datos, el cerebro construye explicaciones inverosímiles. Así por tanto, llegan los celos, las inseguridades y demás situaciones.
2. La palabra genera la realidad. En inglés sentenciamos (sentence) y en español oramos. De esta manera definimos lo que hacemos por medio de las palabras y, es por ello, que construimos nuestra realidad. Decir que somos malos para el deporte –o para cualquier cosa– crea una limitación aunque no sea real que acabamos por creerla. Ahora bien, hay que aceptar la realidad para no caer en creencias inútiles, pero esa es otra historia.
3. La creatividad viene de una mente esquizofrénica. Según explica el autor, la creatividad es el vestigio que queda de las voces que teníamos en la mente que nos decían que hacer y que desaparecieron con la escritura.
4. Sobreestimamos el valor de nuestro trabajo. Entiéndase que creemos que somos los únicos y más aptos para hacer lo que hacemos y le dedicamos demasiado tiempo a creérnoslo. Esto tiene que ver con el sentido del éxito que le asignamos, o sea, el valor que le damos a esas labores. Lo que dice también es hay otras cosas –y personas– más importantes y trascedentes y que medimos de diferente manera. Estoy ya lo habíamos visto en con “El sutil arte de que te importe un carajo“.
5. Palabra cool: Ziel Schmerz. Esto va con el punto dos, las palabras crean la realidad. Entonces, en alemán esa palabra significa “miedo a conseguir lo que uno busca”. Según el traductor de Google es “miedo de gol”, pero bueno, eso no dice mucho. Si buscamos más de la palabra hay varias acepciones, pero me gusta que cada idioma tiene cosas que definen lo que es cuando otras no pueden.