La relación entre inteligencia y creatividad ha sido estudiada durante décadas por psicólogos y científicos cognitivos. La inteligencia, tradicionalmente medida a través del coeficiente intelectual (CI), se asocia con la capacidad de resolver problemas, razonar y aprender. Por otro lado, la creatividad implica generar ideas novedosas y originales, lo que no siempre está ligado a un alto CI.
Pero ¿qué tan estrecha es realmente la conexión entre estos dos aspectos del pensamiento humano?
Una de las teorías más aceptadas en la psicología cognitiva es la del “umbral de inteligencia”. Esta sugiere que, si bien un cierto nivel de inteligencia es necesario para la creatividad, una vez alcanzado ese umbral, tener un CI más alto no garantiza mayor creatividad. Es decir, una persona con un CI de 120 podría ser tan creativa como alguien con un CI de 150, pero no necesariamente más.
Este hallazgo es importante porque sugiere que la creatividad depende de otros factores además de la inteligencia pura. Elementos como la personalidad, la motivación, la experiencia y el entorno juegan un papel clave en la expresión creativa.
¿Cómo se mide la creatividad?
A diferencia de la inteligencia, que tiene pruebas estandarizadas como el test de CI, la creatividad es más difícil de cuantificar. Una de las formas más utilizadas para medirla es a través del pensamiento divergente, que implica la capacidad de generar múltiples soluciones para un problema en lugar de una única respuesta correcta.
Por ejemplo, si se le pide a una persona que piense en usos alternativos para un ladrillo, alguien con pensamiento divergente podría decir: “puede ser un pisapapeles, una herramienta de defensa, un soporte para libros o incluso un material para arte”. Cuantas más ideas originales y variadas proponga, mayor será su nivel de creatividad.
Factores que influyen en la creatividad
Además de la inteligencia, hay otros elementos que influyen en la creatividad:
- Personalidad: Las personas abiertas a nuevas experiencias suelen ser más creativas, ya que están dispuestas a explorar ideas fuera de lo convencional.
- Ambiente: Un entorno estimulante y libre de restricciones favorece la generación de ideas novedosas.
- Motivación: La creatividad tiende a florecer cuando las personas están intrínsecamente motivadas, es decir, cuando trabajan en algo que realmente les interesa.
- Conocimientos previos: Aunque la creatividad implica originalidad, también requiere una base de conocimientos para poder innovar dentro de un área determinada.
¿Puede desarrollarse la creatividad?
A diferencia del CI, que tiende a ser relativamente estable a lo largo de la vida, la creatividad puede entrenarse y potenciarse. Estrategias como el fomento del pensamiento lateral, la exposición a nuevas experiencias y la práctica de la resolución creativa de problemas pueden mejorar la capacidad creativa de una persona.
Esta es una adaptación de una nota originalmente publicada aquí.
