La educación universitaria, como la conocemos debe cambiar, y debe hacerlo pronto. Quizá es una idea rara, pero las carreras, son cada vez menos funcionales y es necesario innovar. La cultura popular me da la razón:
estudia lo que quieras, al final acabarás enviando mails y usando Excel.
Tengo una idea y necesito un par de genios: desde finanzas, pedagogía, negocios y diseño. Van los antecedentes de esta idea.
¿Por qué innovar en la educación?
- En Estados Unidos (como referente mundial) cerca del 64% de las personas que trabajan no se dedican a lo que estudiaron. En Latam el número asciende a más del 72% (OECD), el mundo se promedia como en el 67%.
¿Las razones? No hay suficiente trabajo en ciertas áreas porque no se les ve el valor (humanidades, por decir alguna). Se privilegien ciertas habilidades sobre otras, sin importar los estudios. Y hay más: el rápido avance del mundo hace que ciertos conocimientos no se actualicen a tiempo, las necesidades de cada empleo son cambiantes y se requiere adaptabilidad, y así se pueden enumerar mil más. - Varias organizaciones de tamaño global consideran que los títulos universitarios no son necesarios para trabajar. De esta manera, Google, Meta, E&Y, SpaceX y muchas otras favorecen la experiencia en el uso de habilidades y desarrollo de competencias sobre cualquier título.
Así, prefieren pensadores críticos que una persona con un título en historia, se buscan candidatos que sepan resolver problemas aunque tengan un oficio o carrera técnica. ¿Cuáles son estas competencias para el liderazgo? Trabajo en equipo, solución de problemas, habilidades de comunicación, pensamiento crítico, adaptabilidad y enfoque en la innovación. - El desarrollo de microcredenciales de todo tipo ha puesto de relieve una cuestión trascendente para nuestros tiempos ¿necesitamos un grado completo o las carreras de las personas se van construyendo según la demanda de habilidades del mercado?
Personalmente creo que es necesario tener un amplio abanico de oportunidades para trabajar en casi cualquier cosa.
El mundo que sí se adapta
Luego de un terrible desencuentro amoroso con una institución educativa que tiene todo para ser punta de lanza en esto, y se precia de ser innovadora, puse manos a la obra. Hay universidades y centros de estudio con enfoques muy avanzados y futuristas: desde SAE Institute, que aunque puede parecer muy de nicho, tiene sus ojos puestos en las necesidades del mañana, hasta academias, como Hyper Island, que se autonombran universidades disruptivas.
De disruptivo tienen el nombre sus grados, pero caen en lo mismo, son grados y títulos como los que conocemos. En México, Centro medio entra en este enfoque, tanto por su metodología como por los grados que ofrece, pero no es algo muy diferente.
Sin embargo, hay un par de instituciones que me inspiraron mucho para continuar con esta idea: Minerva, en San Francisco; y Kaospilot, en Dinamarca. Ambas instituciones tienen un foco fuerte en el pensamiento de diseño, en la ruptura de ideas y en el desarrollo de muchas competencias por medio del aprendizaje de microcredenciales.
Sus programas de estudio no están basados para ser “comunicólogos”, o “ingenieros”, o “administradores”, la enseñanza que ofrecen está en el desarrollo de las competencias que todas las empresas buscan: pensamiento crítico, solución de problemas, gran facilidad para comunicarse y varias más. Conforme avanzas, desarrollas otras microcredenciales. Por ejemplo, si te gustan las matemáticas, y tienes potencial, aprendes finanzas, pero no eres financiero porque tienes muchas otras cosas que te ayudan a hacerlo.
El culmen de esta innovación es que desde la mitad del tercer año como estudiante te integras a proyectos de consultoría que estas instituciones tienen con grandes empresas para tener la experiencia que solicitan.
Las universidades, todas, tienen programas de desarrollo de competencia, fortalecimiento de habilidades y refuerzo de microcredenciales, pero pocas tienen
La gran idea: nuestra universidad disruptiva
Hay un fuerte espíritu de emprendimiento en los jóvenes, pero falta desarrollar competencias para lograrlo: resiliencia, comunicación, visualización y algunas más.
Propongo esto porque al retar el status quo vemos lo que hace falta y mejoramos, porque las futuras generaciones requieren esto y solo lo vamos a hacer cambiando el enfoque de la educación superior.
Necesito mucho, pero sobre todo, necesito visión. Y un terreno grande, maestros locos y una buena inversión. Próximamente, el pitch de esto.