El sistema educativo tradicional, desde el jardín de niños hasta la preparatoria, a menudo prioriza la estructura y la conformidad sobre la exploración y el pensamiento creativo. La presión por las calificaciones, cumplir con estándares y adaptarse a un currículo único puede reprimir la curiosidad natural y la capacidad de innovación.
Un estudio de la NASA reveló una disminución alarmante en el pensamiento creativo a medida que avanzamos en el sistema educativo. Mientras que el 98% de los niños de 5 años se clasificaron en la “categoría genio de la imaginación”, este porcentaje se reduce drásticamente al 2% en la edad adulta. La necesidad de éxito, la búsqueda de trabajos estables y la presión social por seguir caminos predefinidos pueden llevar a reprimir la imaginación y a adoptar formas de pensar más convencionales.
Sin embargo, la Generación Z está desafiando esta tendencia y liderando un renacimiento de la creatividad. A diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes de hoy utilizan plataformas como TikTok, YouTube e Instagram como herramientas para la autoexpresión, la narración y el arte. Están redefiniendo el éxito, priorizando proyectos personales, emprendimientos digitales y la búsqueda de sus pasiones.
Esta generación no solo utiliza la creatividad para la expresión personal, sino también para abordar problemas del mundo real como el cambio climático, la justicia social y la salud mental. A través de campañas, arte y movimientos sociales, inspiran a otros a pensar de manera diferente y a tomar acción.
La Generación Z demuestra que la creatividad no se pierde con la edad, sino que puede ser recuperada y redefinida. En un mundo que demanda soluciones innovadoras, es crucial fomentar entornos donde la creatividad sea nutrida y celebrada en todas las etapas de la vida. Solo así podremos asegurar que el potencial creativo de cada individuo florezca y contribuya a un futuro mejor.
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