Según el Informe sobre el Futuro de los Empleos 2025 del Foro Económico Mundial, el pensamiento creativo se destaca como una de las habilidades más valoradas para el futuro, junto con la resiliencia, la flexibilidad y la agilidad. En un mundo cada vez más automatizado y digitalizado, la creatividad se convierte en una herramienta clave para la adaptación y la innovación, especialmente en sectores como la gestión de seguros y pensiones, la educación y la formación, y las telecomunicaciones.
Desarrollando el pensamiento creativo
Aunque algunas personas poseen una capacidad creativa innata o la desarrollan en entornos estimulantes, todos podemos cultivar esta habilidad. Una distinción fundamental es entre el pensamiento convergente y el divergente. El pensamiento convergente busca una única solución correcta a un problema, mientras que el divergente explora múltiples direcciones en busca de diversas respuestas.
Por ejemplo, ante el problema de tener hambre, una persona con pensamiento convergente podría preparar un sándwich simple, mientras que alguien con pensamiento divergente experimentaría con diferentes ingredientes para crear una comida innovadora.
Estrategias para fomentar la creatividad
El artículo sugiere varias técnicas para entrenar el pensamiento creativo:
- Realizar conexiones visuales: Dar un paseo y observar el entorno, imaginando diferentes combinaciones y asociaciones. Por ejemplo, visualizar una farola como una araña gigante o las ramas de un árbol como el sistema nervioso humano.

2. Practicar el pensamiento lateral: Este enfoque, introducido por Edward de Bono, nos estimula a pensar fuera de la burbuja, salirnos del margen y romper el molde, fomentando soluciones innovadoras.

3. Fomentar la flexibilidad cognitiva: La capacidad de pensar en nuevas ideas y hacer conexiones entre conceptos aparentemente no relacionados es clave para la creatividad.

4. Equilibrar el pensamiento convergente y divergente: Programas de capacitación en creatividad, como el modelo de habilidades de pensamiento de Puccio, enfatizan la necesidad de equilibrar estos dos tipos de pensamiento para aumentar la creatividad en el lugar de trabajo.

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