Thomas Edison, reconocido por su prolífica inventiva con más de mil patentes, atribuía parte de su creatividad excepcional a una técnica de sueño peculiar. Edison practicaba “naps” estratégicos sosteniendo objetos en sus manos mientras se dormía; al entrar en la fase hipnagógica, los objetos caían y lo despertaban, permitiéndole capturar las ideas emergentes en ese estado intermedio entre la vigilia y el sueño.
Investigaciones modernas respaldan la eficacia de esta técnica. Un estudio publicado en Science Advances indica que el estado semilúcido al inicio del sueño, conocido como N1, potencia la creatividad y la capacidad de resolver problemas. En el experimento, participantes que permanecieron en N1 resolvieron acertijos matemáticos con mayor eficacia que aquellos que alcanzaron fases de sueño más profundas o no durmieron.
Para aplicar esta técnica, se sugiere relajarse en una posición cómoda, sosteniendo un objeto ligero, y permitir que la mente divague hasta el borde del sueño. Al soltarse el objeto y despertar, es recomendable anotar inmediatamente las ideas o pensamientos presentes, aprovechando la creatividad del estado hipnagógico.
Esta práctica no solo es útil para individuos, sino que también puede integrarse en entornos laborales para fomentar la innovación. Permitir pausas cortas para la relajación o siestas breves puede estimular la creatividad colectiva, facilitando soluciones innovadoras a desafíos complejos.
En resumen, la técnica de Edison de aprovechar el estado hipnagógico para estimular la creatividad ha encontrado respaldo en estudios científicos contemporáneos. Implementar prácticas que permitan acceder a este estado puede ser una estrategia efectiva para potenciar la creatividad y la resolución de problemas, tanto a nivel individual como organizacional.
